Efímeras, alegres, coloridas, con una banda sonora propia, sin fronteras, puerta a puerta, a pie de calle, sin descanso. Veinticuatro horas para respirar cada día de San Juan, para que cada soriano, soriana o visitante viva las fiestas a su manera, pero todos unidos bajo el paraguas de un festejo popular y ancestral, que mantiene unos usos y costumbres que le hacen único y que permiten una implicación vecinal que pocas celebraciones pueden emular. Son cientos de sorianos los que dicen sí a San Juan y que cada año renuevan sus votos cuando dicen ‘entro en fiestas’

Pero este compromiso ciudadano, que hace de San Juan unos festejos hechos por el pueblo y para el pueblo, necesita también un motor silencioso que permite, sin estridencias, que cada día amanezca con más espacio para la fiesta y mucho trabajo anónimo. Desde el Ayuntamiento de Soria se coordinan estas labores que hacen que en algunos de los días grandes, como el Jueves Lasaca, sean más de 300 las personas, empleados municipales, Policía Local, almacén municipal, Bomberos, limpieza, trabajadores de empresas adjudicatarias de servicios, de ocio …, las que contribuyen con su esfuerzo al idóneo desarrollo de las fiestas.

El trabajo se extiende todo el año, con un departamento de Festejos y Participación volcado con el evento, que asesora e informa a los candidatos a Jurados, a las Cuadrillas, un departamento administrativo, en todas sus vertientes, que mejora pliegos, contratos, que analiza los servicios, y todas las concejalías con sus empleados que de una u otra forma persiguen que las fiestas discurran de la mejor manera posible teniendo en cuenta además su extensión por toda la ciudad con los doce locales de Cuadrillas, su punto neurálgico en el monte Valonsadero y la singularidad de que la noche y el día se funden y celebran de igual manera.

Las fiestas de San Juan movilizan a todos los empleados del almacén municipal, más de 40 con los refuerzos, tanto durante los meses previos al festejo como posteriormente, siendo necesaria su coordinación con los servicios técnicos y con las concejalías de Festejos, Cultura, Personal, Seguridad Ciudadana y Servicios Locales tanto para el montaje de las vallas de Lasaca como para la retirada de todo el trazado y, por supuesto, para la supervisión del Jueves con 25 empleados pendientes de que nada falle ese día en intersecciones y puntos más complejos. La labor del almacén se extiende a todos los eventos que movilizan a Jurados y Cuadrillas con señalizaciones, colocación de vallas, pirotecnia… e intervenciones de urgencia.

Los empleados de Jardines también tienen un papel destacado en las fiestas siendo la Dehesa un punto de máximo interés para lucir en su mayor esplendor como viene siendo habitual el Domingo de Calderas y para dejar el emblemático parque sin huella de la ‘resaca’ sanjuanera de cinco días de trepidante ritmo.

Obviamente, la limpieza tiene un protagonismo especial estos días, ya desde el Desencajonamiento, que pasa desapercibido y supone que algunos días coincidan, además de la brigada habitual de limpieza, más de 44 trabajadores adicionales en las calles de la ciudad. Conseguir que la ciudad se levante sin rastro de la larga noche sanjuanera es realmente complejo cuando algunas jornadas se suceden sin paréntesis como la noche del Viernes de Toros y el reparto de tajadas del Sábado Ages.

Y hablar de San Juan, es obviamente hablar de fiesta, pero también de seguridad con los más de 60 agentes de la Policía Local en pleno turnándose para cubrir cinco días sin respiro y adaptándose a un festejo que viven como propio, aunque lo deban disfrutar desde la ‘barrera’ o, con buenas dosis de paciencia, desde la arena. Y a ellos se suman los Bomberos, más de 30, pendientes de posibles intervenciones y con una presencia más visible El Lunes de Bailas y todos en coordinación para que Soria explote con sus fiestas y no deba preocuparse de nada más.

Y son trabajadores municipales de todos los departamentos a los que en algún momento se les requiere para colaborar en un San Juan que no tiene fin y enlaza un año con otro, con el guardería forestal, con medio ambiente, con comercio, con turismo…. y con un sonido propio, el de las sanjuaneras, y el que marca el ritmo de los más de 80 integrantes de la Banda Municipal, que tampoco descansa en San Juan.

San Juan es por lo tanto más que una fiesta, es también un canalizador de buenas voluntades que fomenta la colaboración de Jurados, Cuadrillas, Peñistas, vecinos, vecinas y todas las instituciones, Cruz Roja, Sacyl, Cuerpos de Seguridad… que de alguna manera colaboran en este festejo. Todos hacen San Juan y, por ello, la fiesta es de la calle.