El Ayuntamiento de Soria organizó un concurso de ideas con el fin de remodelar de manera integral el Rincón de Bécquer, un espacio que en los últimos años se había degradado ocultando las ruinas del antiguo Convento de San Francisco. El Consistorio capitalino dio a conocer el fallo que, por unanimidad de criterio, decidió el jurado de este concurso, integrado por arquitectos y miembros de los distintos partidos políticos que componen la Corporación Municipal.

‘Green Grass of tunnel’, proyecto de los arquitectos Bernardo del Pino y Javier Gorostidi, es una propuesta sencilla que busca sobre todo potenciar las ruinas y crear espacios internos. La acera pre-existente, por la que discurre el tránsito habitual en esta área, desaparece en pro de un sendero interior orillado por zonas verdes. En total, de los 2.605 metros cuadrados de superficie total de la zona, 1.668 se reservarán como peatonales.

En la actualidad en la ciudad se ejecutan obras por importe de 17 millones de euros, todas ellas tramitadas y comenzadas en la presente legislatura en un tiempo récord, entre las que se incluyen las del Rincón de Bñecquer, y que están mejorando sustancialmente la ciudad cambiando de manera notable su paisaje en apenas tres años.

El proyecto que se ejecuta en el Rincón de Bécquer propone un pavimento de hormigón texturizado que ya se instaló antes de la finalización del año, y un sistema de lomas vegetales que, situadas estratégicamente en el límite con la calzada, permitirán delimitar una zona peatonal sinuosa y amortiguar los ruidos del tráfico rodado. Para salvar el desnivel que existe entre las ruinas del antiguo convento de San Francisco, se idea un sistema de taludes naturales. En ellos, y con el objetivo de permitir que se vean bien las ruinas, se plantea el cultivo de plantas florales y olorosas de pequeño porte.

A su vez, los taludes se aprovecharían para instalar los bancos corridos de varios niveles que ya han comenzado a instalarse y que festonearan, también de forma sinuosa, el trazado del antiguo convento de San Francisco. La estructura de la plaza cambia completamente y se divide en cuatro zonas diferentes. Un área de restauración, que incluirá la terraza (con suelo de madera de pino) del establecimiento de hostelería que se encuentra instalado en este entorno; una zona infantil de recreo, una lámina de agua, con la que se busca potenciar, con un efecto de reflejo, las propias ruinas y una zona ‘acuática’.

Se trata, ésta última, de una pequeña instalación de pulverizadores temporizados de agua que están pensados para hacer las delicias de los más pequeños durante la época estival. El área de recreo acuático en verano se transformaría, según el proyecto, en un lugar de recreo para juegos de nieve y exposición de esculturas de hielo durante el frío invierno soriano.

Una de las singularidades de este proyecto que más han destacado los miembros del jurado es la original iluminación con la que contará el entorno. Y es que una serie de LED empotrados en el suelo, de bajo consumo, marcarán los recorridos de mayor tránsito. También los bancos contarán con una iluminación del mismo tipo. Unos focos de bajo consumo permitirán, a su vez, realzar de noche las ruinas creando un sugerente espacio nocturno.